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jueves, 25 de marzo de 2010

LA PICANA Y MI NO HOMENAJE AL 24 DE MARZO DE CUALQUIER AÑO

La Picana es mi dibujo preferido del plástico Raúl Lozza, maestro del Arte Concreto y mi suegro. La picana me representa. Me duele. Me eriza y despierta en mi emociones de tiempos pasados que jamás voy aolvidar. Mucho menos perdonar. En este 24 de emarzo, siento más que nunca que el dibujo de Raúl tiene plena vigencia.
la Picana fue un acto de amor a los presos políticos. En una de las tantas cárceles que sufrió Raúl Lozza, pudo ver, allá por los años treinta, como eran torturados los presos políticos, con este instrumento del terror, que fue nada mas y nada menos que una creación del hijo del poeta Leopoldo Lugones. Cuando Raúl quedó libre, también liberó estas imágenes en duro homenaje a los presos políticos de Argentina y del mundo.

NI OLVIDO NI PERDON A LOS GENOCIDAS!!!!!!!!!!!!!!
BANCO A ESTELA Y A HEBE !!!!


domingo, 21 de marzo de 2010

viernes, 12 de marzo de 2010

COCCORINO Y EL SUEÑO DE ATRAPAR UN VIEJO MOLINO ARABE

Visitar Italia fue un sueño que me desveló desde la infancia. Mi papá adoptivo me habló hasta que falleció,( digo esto porque unas horas antes de morir se sentó en la cama y me habló de su pueblo), de Coccorino, de su infancia, del mar, del volcán stromboli, de la guerra....
Coccorino tiene un aire sarraceno. Por allí vimos cruzar una señora muy mayor llevando sobre su cabeza una palangana de plástico llena de ropa. El plástico no iba con el lugar. hubiera soñado encontrarla con un cuenco de barro!!!
Al rato de caminar sus callejuelas de mil años de antiguedad, el visitante nota que algo no está bien. Claro hay un sincretismo entre el presente y el pasado que lo vuelve original, único.
Se entrecruzan antenas satelitales con autos supermodernos estacionados en las calles de piedra.
El progreso y lo genuino. las comunicaciones y el único transporte en un poblado que no tiene taxis ni remises.
Fui buscando una historia y no pude encontarla.
Si encontré un pueblo donde las palabras son agudas y cerradas. cuando le pregunté a una vecina por la familia Fiasche, no los conocía, era muy joven.
Pero si una viejecita de incalculables años, sana y fuerte como los olivos del lugar me respondio "si Fiasché, lasú, lasú"
Ella señalaba el mar "altru paese, lasú..."
y tenía razón. En Coccorino no estaba el viejo molino de los Fiasche. Ese molino está a cuatro kilómetros de allí, en Coccorinello.Juré volver.

Recorrimos el pueblo que de tan pequeño se circunvalaba en minutos.
Recogimos pencas de tunas, que hoy están fuertes como el sol de la Calabria, aqui en Villa Bonich (barrio de tanos por supuesto)



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