jueves, 2 de septiembre de 2010
DE TAL PALO...
En la Sala José Luis Cabezas del ex-rectorado de la UNSa. (Bs. Aires 177) Marcela Santucho hija del revolucionario Mario Roberto Santucho presentó su libro sobre la vida de su padre, previa presentación de la autora a cargo de Teresa Herrán y Blanca Lescano.
Mario Roberto Santucho: mi padre, el revolucionario místico , es el título del libro de Marcela Santucho, una de las hijas del revolucionario argentino que comandó las fuerzas del PRT-ERP durante los años 60 y 70 en Argentina. A partir de cartas familiares desconocidas, fotos inéditas, escritos salteados y facsímiles de la revista Estrella Roja, Marcela propone reelaborar desde un costado más personal el vínculo de sus padres /su madre, Ana María Villarreal, fue una de las víctimas de los fusilamientos en Trelew en 1972) con el sueño de toda su vida: la revolución.
Lo que me impulsó a publicar el libro fue una idea bastante vieja, de varios años. Yo siempre pensé que mi papá no estaba reconocido, o que no se lo conocía realmente y quería escribir este libro desde hace bastante, sobre todo, por la verdad. Ahora lo hice porque recién pude encararlo desde lo económico y también desde lo intelectual, porque antes estaba con unos estudios superiores y el desafío era armar un libro más o menos ordenado, con biografía, con fuentes, una serie de informaciones posibles.por suerte mi hermana las tenía en un lugar y, en realidad, yo casi no las conocía bien. Así que di con ellas y elegí, porque había muchas más y después le sumé las reproducciones del periódico Estrella Roja del ERP, que para mí es algo muy importante porque aparecen en el libro con el formato original porque quería respetar todo el trabajo de los compañeros en la década de los 70. También fui dando con las revistas casi de casualidad, porque son documentos con muchos años que no dejan copiar en las bibliotecas que había visto en otros países y también las estuve buscando, pero las encontré acá. Allí cuentan todas las acciones, desde el reparto de alimentos en villas miserias hasta el copamiento de un cuartel para recuperar armas para la lucha. Para mí, la palabra que vale es la de esos compañeros que hoy no están y que escribieron todas esas cosas que quedan para la historia y que yo pude recuperar.
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