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viernes, 13 de mayo de 2011

HOY CONOCI A JACOBO FIJNAR


"No soy enfermo. Me han recluido. Me consideran un incapaz. Quiénes son mis jueces…
Quiénes responderán por mí.
Hice conducta de poesía. Pagué por todo.
Sentí de pronto que tenía que cambiar de vida. Alejarme del mundo. Y me aislé. Me fui de todos, aun de mí…
Hoy es la demencia un estado natural.
Todas las palabras son esenciales. Lo difícil es dar con ellas.
El delirio son instantes. Puede durar toda la vida.
Mi poesía es toda medida.
El arte tiene que volver a ser un acto de sinceridad."

Jacobo Fijman
"Todo lo que uno recibe es pasión"




DE LOCOS Y POESIA


Jacobo Fijnar se cruzó en mi camino por casuallidad. Y creo que es lo único que en toda mi vida le voy a agradecer a Macrí, sí, con acento en la í, como debe ser . Porque él lleva el nombre de su pueblo en la bella Calabria, Macrí, (lugar que seguramente desprecia). Hoy a causa del estado decrépito del Borda, escuché hablar de notables encerrados por locos. jacobo, como tanguito y Rot entre otros, es un notable y si tuviéramos una excelente cobertura de salud mental, con nuevas leyes en su administración, habría que ver quien es el loco.
Lo que escribí no es producto de mi investigación, reproduzco partes de notas y trabajos muy interesantes sobre este personaje. Sus poemas son únicos. Dejo algunos
 

En el mes de diciembre de 1970, un enfermero del hospital Borda, anuda en el dedo de un pie el rutinario epitafio de la muerte en el hospicio. Todo cabe en un cartel pequeño: "Jacobo Fijman, 72 años, muerto de edema pulmonar agudo". Así se daba de baja 28 años de internación de uno de los poetas más dignos de la literatura argentina. Tocaba el violín, instrumento que le ayudó a subsistir en los años anteriores a su internación definitiva, 1942, cuando fue preso de un triple destino de exclusión: pobreza, reclusión y olvido. "Me hago la señal de la cruz a pesar de ser judío", escribió en su primer libro "Molino Rojo" (1926), cuando todavía compartía la amistad con los integrantes del grupo Martín Fierro y viajaba a Europa con Oliverio Girondo. Su consecuencia con la palabra poética fue inalterable; no dejó de escribir aún en las condiciones menos favorables. La incorporación de otro lenguaje desarrollado en su obra plástica fue encarado con el mismo impulso. Pasión a dos vías: la palabra poética, en busca del conocimiento, modificando el mundo del sentido; el dibujo y la pintura, surgiendo en la tarea de desprendimiento y re-construcción de la primigenia de los sentidos. (Daniel Calmels, en El Cristo Rojo)


INFORME MEDICO

Informe médico al juzgado de instrucción sobre los motivos de la internación psiquiátrica: HOSPICIO DE LAS MERCEDES, 30 DE NOVIEMBRE DE 1942 [Actual Hospital Neuropsiquiátrico José T. Borda] "Tengo el agrado de dirigirme a V.S. para manifestarle que el sujeto JACOBO FIJMAN ha sido remitido por la Policía de la Capital Federal a este Hospicio, el día 2 de noviembre, por hallarse afectado de alineación mental, la que fue diagnosticada de psicosis distímica-síndrome confusional."


El hospicio

En la primavera de 1942, la Policía Federal allana el altillo en el que solía pasar sus días. El Acta policial sentencia: "afectado de alienación mental". De allí lo conducen a Villa Devoto y luego al Instituto Neuropsiquiátrico José T. Borda (Buenos Aires), donde permanecerá hasta el día de su muerte. Según los médicos padece de una "psicosis distímica". Vive en la más absoluta miseria y la mayoría de los amigos de su generación lo han abandonado. Dentro del hospicio es ultrajado. Al respecto, Fijman ironiza: "Me aplicaron electroshock. Se ve que querían sacarme la enfermedad del cuerpo".

A pesar del estado de quietud mental al que lo someten, el poeta despliega toda su fastuosa inventiva en poemas sacros y dibujos en pastel. Va y viene. Se sienta. Dedica la mayor parte del día al estudio de los teólogos antiguos y a la lectura de otras disciplinas. "Yo he investigado el alma, también la psiquiatría. Y sé que los ciegos y los sordomudos son dementes. Que los muy ricos y los que llevan uniformes son dementes y peligrosos. Y que los que visten sotanas y se llaman hijos de Cristo son los más dementes, hipócritas y demoníacos de todos". Escribe y pinta, para echar a patadas a todos esos animales que ríen en su cabeza y no lo dejan dormir. Se para. Recorre los pasillos una vez más, sin saber muy bien en qué lugar dejó el barco lleno de piratas y dioses.

En el año 1948, Leopoldo Marechal lo incluye junto al pintor Xul Solar y al escritor Macedonio Fernández en su mítico libro, Adán Buenosayres. Aquel extraño habitante de la noche parisina, que volvía de sus largas caminatas con una crónica inusual sobre algún aspecto de la ciudad, era ahora Samuel Tesler, un personaje crecido en la fealdad y la sabiduría.

La segunda mitad del siglo viene arropado en penas. Por las mañanas concurre a la Biblioteca Nacional, en donde pasa horas meditando y leyendo poesía antigua. No tiene amigos, ni refugios. Todos los que lo han olvidado saben perfectamente que está loco. Que vive apasionadamente su amor por la Virgen María y que por las noches conversa con ángeles y demonios.

En el año 1958 asiste a la Sociedad Argentina de Escritores, donde aparentemente cobra una pensión tramitada en la entidad. Sus días se parecen a todos los días. Sale del pabellón. Baja hasta el salón principal. Se sienta frente a unas largas mesas y comienza a escribir o a pintar durante horas. Aunque es incluido en las Enciclopedias y colecciones de literatura Argentina, es cruelmente ignorado, y ningún escritor de su generación sabe a ciencia cierta dónde está.

Pecado original

A partir de 1968, la vida del viejo poeta, quedará marcada por la presencia del escritor y abogado Vicente Zito Lema, a quien Fijman concederá los más lúcidos conceptos sobre el arte y la locura y en quien depositará uno de sus máximos temores. "Sé que dentro de muy poco me voy a morir. Ya soy viejo y he sufrido lo suficiente. Pero tengo miedo de lo que me espera. No de la muerte porque ya estoy muerto en Cristo sino de que me abran la cabeza como hacen con todos los internos. ¡No quiero presentarme ante Dios cuando resucite con el cerebro dañado y chorreando sangre! Mi vida ha sido el estudio, la poesía, quiero estar hermoso digno. Además va a estar ella, la Virgen, la única que no se burló de mi amor, ni me rechazó".

Luego de una extensa lucha, Zito Lema es nombrado curador de Fijman, cargo que le permite llevarlo a vivir los fines de semana a su propia casa. En 1969, un grupo de personas, encabezadas por el joven tutor del poeta, edita el primer número de la revista Talismán (íntegramente dedicada a Fijman) y a mediados de año aparecen en la revista Extra, propiedad del periodista Bernardo Neustadt, una serie de notas firmadas por el propio Fijman.

La dictadura de Onganía agoniza, la idea de una Argentina más próspera es sólo una ilusión y la violencia recrudece. Al año siguiente, Fijman es invitado al programa de televisión "La Ciudad Creadora", emitido por Canal 7. Lo acompaña, entre otros el actor Federico Luppi. En un momento dado sucede algo impensado. Fijman alza la vista, acaso como si hubiera visto la luna que tanto amaba, y dice: "Tengo que contar un secreto que llevo toda la vida conmigo". Las cámaras lo buscan, quieren el mejor plano. Hay expectativa, y como un golpe en pleno rostro, afirma: "todos los domingos, en misa, los sacerdotes comen mierda". El silencio recorre el estudio y la tensión se hace insoportable. El poeta acaba de propiciar la más fulminante declaración escuchada, por aquellos años, en un medio del Estado. Y lo sabe. Como también es consciente de que la muerte está a pasos de hacerle la última zancadilla "¿Se ocupará de mi cuando muera? Sáqueme a toda prisa de la morgue. No dejen que me destrocen. ¿Me lo promete?"- le suplica a su amigo Vicente Zito Lema.

"Poeta", Jacobo Fijman: así lo registran las necrológicas de los diarios del 1 de diciembre de 1970. No dicen nada acerca de su vida dentro del hospicio. De sus huesos comidos por un montón de soledades. Que escribió y pintó infinidades de papeles y sueños. Que amó profundamente a la Virgen María. Y que un día decidió reencontrarse con los ángeles y los pájaros, con los que tanto había hablado. Tenía 72 años, tres libros publicados, un cuaderno con dibujos y lo puesto. Nada más.





ALGUNOS POEMAS DE JACOBO

CANTO DEL CISNE

Demencia:
El camino más alto y más desierto.
Oficios de las máscaras absurdas; pero tan humanas.
Roncan los extravíos;
Tosen las muecas
Y descargan sus golpes
Afónicas lamentaciones.
Semblantes inflados;
Dilatación vidriosa de los ojos
En el camino más alto y más desierto.
Se erizan los cabellos del espanto.
La mucha luz alaba su inocencia.
El patio del hospicio es como un banco
A lo largo del muro.
Cuerdas de los silencios más eternos.
Me hago la señal de la cruz a pesar de ser judío.
¿A quien llamar?
¿ A quien llamar desde el camino
tan alto y tan desierto?
Se acerca Dios en pilchas de loquero,
Y ahorca mi gañote
Con sus enormes manos sarmentosas;
Y mi canto se enrosca en el desierto.
¡Piedad!

ALDEA
Mi blanca soledad
Aldea abandonada.
Revuelo de perezas
Sobre la torre de un anhelo
Que tañe sus horizontes.
Pintadas negras de la desolación.
Yunques abandonados y puentes solariegos.
Se ha sentado el dolor como un cacique
En el banquillo de mi corazón.
Las lluvias estancadas de mis sueños
Se han cubierto de musgo.
En el horno apagado del silencio
Mis frutos maduraron
Estérilmente.
Perdí mi itinerario en el desierto.
¡Hospedería triste de mi vida
en donde sólo se aposentó el azar!
En una pradería de cansancios
Balan estrellas mis ovejas grises.
Lugarón sin destino;
Las calles andariegas
Beatas de mi ser
Son manos
Contemplativas
Que van perdiendo soles...

CIUDAD SANTA
Tres gritos me clavaron sus puñales.
Paisaje de tres gritos
Largos de asombro.
¡bromearon los sudarios del misterio!
Fuga de embotamientos;
Suspiros
en la niebla inmovilizada.
Cipreses.
Bronce de los terrores
Informes, fragmentados.
Mueren caminos
Y se levantan puentes.
Un árbol se transforma
Cerrando sus pupilas.
Caen medrosamente las palomas
Angélicas del sueño
En las uñas heladas del espanto.
Un infinito horror
Manaba en mis entrañas
En un himno de muerte.

COPULA
¡Nos unió la mañana con sus risas!
En las rondas del sol
canciones de naranjas.
Danzas de nuestros cuerpos
Desnudos- rojo y bronce.
El olor de la luz era sagrado:
Música de horizontes,
Espacio de paisajes-
Rojo y bronce-
Ruido de melodías,
Himno de soles,
Eternidad
Y abismo de la dicha
En la alegría loca de los vientos.
Canciones de naranjos
En la piedad de los caminos.
¡Todas las aguas del silencio
rompimos en la danza!
Dicha de los abrazos y los besos;
Toda la gloria de la vida
En nuestros pechos
Jadeantes y ligeros;
Nuestros cuerpos: auroras y ponientes
En la alegría loca de los vientos.
¡El corazón del mundo en nuestra boca!

MORTAJA
Por dentro;
Atrás el rostro.
¡El pasado aniquila!
¡Es en vano que encuentre una herradura
en el estanque turbio de mi imaginación!
El árbol ha cubierto de palomas
mi soledad; pero es en vano.
Desnudo
Siempre estoy como una llanura.
Para buscar un cerro
Miro las multitudes.
Estoy siempre desnudo y blanco;
Lázaro vestido
de novio;
una mortaja viva
entre el ayer eterno
y el eterno mañana;
una mortaja viva
que llora en mi garganta.

 





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