ESTA NOTA NO ES MÍA, SOLO RESCATO LOS VALORES DE W M A TRAVES DE LA PLUMA DE DANIEL OCHOA, DEL CUAL EXTRAJE SOLO UN FRAGMENTO.
PERO SI SOSTENGO QUE, SI SER CREYENTE ES PODER ILUMINARSE PARA CREAR ESTE PROYECTO EDUCATIVO ¿QUE VIVAN LOS CREYENTES, COÑO!¡VENGA MORRIS! HACE CUARENTA AÑOS QUE TE ADMIRO!
El pequeño William llegó con su familia expulsado de su propia tierra por la desocupación.
No tuvo más remedio que ser un autodidacta, debido a la falta de continuidad en su vida
escolar, y en este Barrio de la Boca frecuentó las bibliotecas populares a la que asistían los
obreros y marineros. Amaba la literatura, memorizaba poesías y páginas enteras de la
Biblia..Para ganarse el pan trabajo en distintos oficios, como el que tenemos en el cartel, y
en el que lo vemos como pintor de barcos. Más tarde recordaría que manchadas sus manos
con los colores que le dan identidad a este barrio, soñaba con volver a su tierra natal, hasta
que un día viendo a los niños de la zona del puerto, hijos de inmigrantes y orilleros que no
asistían a la escuela decidió hacer algo por ellos.
Morris consideraba a todos niños como criaturas de Dios, todos con los mismos derechos.
Su ambición fue que los niños pobres de la ciudad, pudieran romper el círculo de
marginación y pobreza, y recibir una educación que les permitiera realizar un proyecto de
vida auténtico. Confió en las posibilidades de quienes estaban condenados al fracaso
William Morris estimuló a sus maestros a investigar, escribir y difundir las nuevas ideas
pedagógicas. Editor de la revista cultural La Reforma, de amplia difusión entre los maestros
de las escuelas estatales, fomentó la producción de material didáctico destinado a sus
alumnos. El CECE presentará el próximo mes un libro infantil ilustrado, titulado William
Morris, pastor y maestro, una herramienta de calidad artística que se presenta acompañada
con un sitio web exclusivo de William Morris para chicos, y al que pueden ingresar en
www.elcece.org.ar
Para ir finalizando, Morris fue una de esas historias de vida intensas que merecen ser
contadas a las nuevas generaciones. Y es nuestra tarea sostener esa memoria, una memoria
completa. Morris vivió dilemas de tener que elegir, tomar decisiones en tiempos de cambio,
jugarse por la innovación sin estar seguro del resultado. No vinimos a recordar hoy con
nostalgia los tiempos pasados de la educación, que es una reacción habitual ante el cambio y
la incertidumbre. Como educadores evangélicos reafirmamos que la escuela es un espacio
positivo de transformación, un lugar de resistencia, de perseverancia. Las palabras de San
Pablo a los Romanos, que tanto le gustaban a Morris, “Y no vivan ya como vive todo el
mundo, al contrario, cambien de manera de ser y de pensar. Así podrán saber qué es lo que
Dios quiere, es decir, todo lo que es bueno, agradable y perfecto.” significan que desde la escuela resistir es ir muchas veces a contracorriente, ser coherentes y transparentes,compartir experiencias, y encontrar respuestas propias en esta cultura del espectáculo y el consumo. “Ninguno que pone la mano en el arado y mira hacia atrás, es apto para el reino”
nos recordaba un expositor en el ultimo congreso de coordiep en Misiones.
La escuela no puede renunciar a las preguntas difíciles y profundas, a las preguntas sobre el
sentido de la vida. La tecnología, la matemática, las letras que enseñamos tienen que asistir a
nuestros niños y jóvenes en su búsqueda de su sentido. Todos los niños tienen derecho a una
alfabetización religiosa, a descubrir su espiritualidad. Morris rechazaba la coerción en
cuestiones de fe, invitaba por medio de la Biblia a conocer el amor que había encontrado en
Jesús.
Para terminar, nuestro país ha reconocido la figura de Morris dándole su nombre a una
estación de trenes, una localidad, más de 30 calles, escuelas, levantando monumentos. En la
catedral de su pueblo natal, en su homenaje, en un vitral se ve la imagen de Jesús rodeado de
alumnos argentinos de las escuelas evangélicas con su delantal blanco, y nos llegan al
corazón las palabras de Morris lema de este 75 aniversario: donde todo fracasa, el amor
vence.
Muchas gracias.
Daniel Ochoa
14 de Setiembre de 2007 Teatro de la Ribera (La Boca)
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